Castañas un placer muy saludable

Llega el otoño al Valle del Jerte y con él muta el paisaje. Llegan los olores y sabores propios de la estación.

 

El aroma de las castañas asadas, su calor que reconforta en las manos y su dulce sabor consiguen hacernos viajar en el tiempo.

 

Pero tiene este fruto seco mucho que ofrecernos, además de permitirnos obrar la magia de hacernos rememorar buenos momentos.

Nos ofrece un amplio catálogo de beneficios que hacen de su consumo, un hábito muy saludable, además de un gusto para el paladar.

 

Pasamos a detallar algunas de estas características que hacen tan especiales a estos pequeños bocados de otoño.

Las castañas son ricas en vitaminas C, B3 y E y en minerales: hierro, calcio, magnesio, manganeso, fósforo, zinc y potasio.

 

Son un complemento energético especialmente indicado para personas que necesiten un aporte extra: mujeres lactantes o en periodo de menopausia, personas con anemia, deportistas o para completar dietas veganas.

Las castañas no tienen gluten. Lo que las convierte en un comodín estupendo para utilizar en todo tipo de dietas adecuadas para celiacos.

Sin colesterol y bajas en sodio, ejercen una función cardioprotectora por eso las castañas son muy indicadas para personas que padezcan hipertensión.

Las castañas son ricas en fibra lo que las convierte en aliadas contra el estreñimiento.

 

Tienen un efecto saciante que junto a sus bajas calorías las hacen muy idóneas  para combatir la obesidad.

Las castañas tienen una cantidad de azúcar mínima, son por tanto un tentempié perfecto especialmente para las personas diabéticas, que pueden consumirlas sin problema.